Lesiones más comunes en Yoga y cómo evitarlas

Más de 350 millones de personas en todo el planeta actualmente se benefician de las bondades de esta disciplina del fitness que cada día tiene más adeptos. El Yoga mejora la presión arterial, reduce la tensión, el estrés y la ansiedad y además mejora la flexibilidad y la fuerza. Si queréis saber algunos más no dejéis de leer nuestro artículo dedicado a los beneficios. Sin embargo el Yoga tiene también un alto índice de lesiones y hoy te explicamos las más comunes y cómo prevenirlas.

Aunque la mayoría de las lesiones en Yoga no son graves y no se denuncian, las más severas ocurren igualmente aquí, incluyendo torceduras, esguinces, fracturas, dislocaciones y, en casos raros, el daño en el nervio ciático y los accidentes cerebrovasculares. Pero de acuerdo con expertos en Yoga, las lesiones pueden ocurrir en cualquier momento, en cualquier deporte, o incluso caminando por la acera. La mayoría de las lesiones derivadas del Yoga se desarrollan gradualmente a lo largo de los años durante un constante estiramiento y desalineación. Como con cualquier actividad física, el enfoque más seguro para el Yoga es aprender cómo practicar las posturas correctamente y estar en sintonía con tu cuerpo para evitar la exageración de la misma.


Muñecas

Cuando nos lesionamos las muñecas en Yoga es debido a la forma que tenemos de apoyarnos en las manos. Poner todo el peso de nuestro cuerpo sobre ellas sería erróneo, ya que provocaríamos lesiones musculares y articulares en esta zona. Para no sufrir este tipo de lesión deberíamos, en las posturas en las que nos apoyamos sobre las manos, intentar distribuir el peso sobre ambas manos y, además, hacer presión con las puntas de los dedos sobre la superficie de apoyo para reducir la presión en las muñecas. Calentar antes las muñecas ayudará bastante.

Codos

El dolor en los codos puede ser debido a una mala colocación de los mismos a la hora de mantenerlos doblados y en tensión por alguna postura como la Chaturanga. Ésta puede ser fácil de ejecutar bajando con los codos hacia afuera y provocando así una tensión excesiva en las muñecas. Para evitar esto deberemos mantener los codos pegados a las costillas mientras los doblamos, asegurando que los pliegues de los codos miren hacia delante. Será más difícil de ejecutar pero te evitarás esas molestias.

Hombros

Debemos tener cuidado con el encogimiento de hombros. Al elevar los hombros hacia las orejas los participantes o yoguis dejan de usar los músculos de soporte en los brazos, hombros y cuello. Encogiendo los hombros los comprime y puede causar lesiones. Es fácil dañar la cintura escapular o los manguitos de los rotadores por la sobre-extensión o estiramiento excesivos. Para evitar esto debemos tener cuidado de no tirar demasiado fuerte de los hombros y siempre mantenerlos hacia atrás y abajo, lejos de los oídos.

Lumbares

El dolor en la zona baja de la espalda es lo más repetido en Yoga. Esto es debido en las posturas donde la espalda debe torsionarse y doblarse en exceso. Puede causar problemas en los discos, además de una sensación de dolor tras la clase. Para calmar estos dolores, antes de la flexión, doblaremos las rodillas ya que el culpable de estos dolores pueden ser los isquiotibiales. Durante la flexión de espalda trataremos de sentarnos en la manta para quitar la presión a los lumbares.

Rodillas

Los problemas de rodillas pueden darse incluso en yoguis experimentados. El culpable más común suele ser la posición de las piernas cruzadas. La flexibilidad se manifiesta en la cadera primero, si la cadera está muy tensa, lo primero que sentirán dolor serán las rodillas. Para prevenir esto debemos evitar cruzar las piernas al sentarnos durante mucho tiempo. También podemos liarnos una toalla alrededor de las rodillas para que no se doblen lo suficiente para hacer daño. Si hay una línea vertical imaginaria desde la rodilla hasta el talón, el peso está bien apoyado.

Cuello

El peso de la cabeza y la posición de los hombros pueden ser los culpables directos de un dolor severo de cuello. Se ejerce presión excesiva sobre las vértebras cervicales, lo que resulta en problemas de las articulaciones y, en algunos casos, la pérdida de la flexión del cuello. Deberemos evitar en todo caso las inversiones completas sin supervisión si ya tenemos el dolor localizado en el cuello. Asegúrate de que los omóplatos están mirando hacia atrás y abajo y que apoyan el peso del cuerpo en el suelo. No debemos tirar del cuello bajo ningún concepto, porque podría desestabilizar el apoyo del cuerpo y provocar los dolores citados.

Como habéis visto, debemos tener mucha precaución a la hora de practicar Yoga. Es una actividad con poca carga de intensidad pero la torsión de nuestro cuerpo hacia cualquier dirección hace que sea una disciplina con un alto grado de lesiones, sobre todo en gente inexperta.

Via sportadictos.com

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