Estrés, Yoga y Relajación



Estamos cada vez mas habituados a escuchar personas que se acercan a la práctica de Yoga, enviados por el médico, quienes les sugieren hacer algún tipo de actividad que les permita encontrarse con la relajación, aprender a relajarse. El diagnóstico de todo tipo de enfermedades de las llamadas "funcionales" es acompañado de un diagnóstico adicional de estrés o tensión.

En la práctica observamos que este caso es tan habitual que nos lleva a hacer algunas reflexiones al respecto.

La primera observación que surge, es que estamos asistiendo a una era donde el vértigo y la tensión son moneda corriente, y manera habitual de vivir. La segunda tiene que ver con que las personas ya no encuentran en el discurso médico solución a estos problemas y acuden a formas alternativas, tradicionalmente orientales de sanar(se).

La experiencia demuestra que estas personas se benefician mucho de la práctica del Yoga, aunque muchas de ellas, al re-encontrar su equilibrio dejan la práctica, volviendo al antiguo modo de correr vertiginosamente. Otras tantas encuentran mucho mas de lo que esperaban descubriendo que además de liberarse de estos trastornos funcionales existen otras dimensiones inexploradas y fascinantes de sí mismas.

El Yoga es un sistema de desarrollo interior, que necesita de la voluntad para corregir viejos hábitos de vida y crear otros nuevos mas beneficiosos. Entre estos hábitos, nos hemos olvidado de aprender a relajarnos. Nos hemos olvidado de que toda acción se acompaña de no-acción, o de relajación. Sin embargo esta no acción no tiene que ver solo con las acciones concretas, sino fundamentalmente con el pensamiento.

Aprender a relajarnos profundamente desde el cuerpo-mente es uno de los resultados que aporta el Yoga a nuestra vida. Descubrimos que mas allá del ruido del pensamiento, se encuentra un oasis de paz mental, de quietud y alegría que habíamos olvidado. Una vez que llegamos a este oasis, que siempre ha estado allí velado por las olas del pensamiento, muchas de las disfunciones del cuerpo se equilibran. El cuerpo, casi por sí mismo encuentra de nuevo su armonía, dejando entrever la distorsión que creaba el pensamiento.

Una vez que abrimos las ventanas, simplemente esperamos a que la brisa fresca entre. Una vez que disponemos las condiciones de nuestro cuerpo-mente, dejamos que la sanación y la relajación entren, reencontrando el equilibrio.

Fuente: hatha-yoga.com.

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